Era el 7 de diciembre, lo único que hacía especial esa mañana, lo unico que Ricardo no sabía eran los acontecimientos que sucederían unas horas después, en el que todo lo ordinario y simple que hizo ese día se convirtio en algo no tan ordinario, que cambiaría para siempre todo lo que estaba por acontecer.
Ricardo a quien tambien le gustaba la música había pasado ese día trabajando, algo que no le gustaba, pero era lo único que había podido encontrar después de haberse graduado como Perito Contador. En su pensamiento Ricardo sentía que cualquier cosa era mejor que seguir estudiando y más cuando había tenido tantos problemas con el director del colegio, pero aún así el sentimiento de pertenencia que se había aferrado fuertemente superaba cualquier reprimenda que hubiera recibido.
Pero ahora Ricardo pensaba que ya había quedado en el pasado, pues ya se había graduado, no como el hubiera querido, con un gran acto con todos sus familiares y amigos viendo, no, fue sin acto, pues se le había impedido aparecer en la graduación por su conducta le habían dicho, le disgustaba, pero lo que mas recordaba, aún mas que el disgusto que sentía, era que aprendió a ser músico, y donde aprendió a hacerlo, pues el colegio contaba con una decente y acogedora banda, en la que había soñado con tocar desde que estaba aprendiendo a sumar, y lo que más recordaba era que lo había logrado hacer, se había convertido en uno de los mejores músicos que se había escuchado por mucho tiempo.
Ahora Ricardo pensaba que la rutina lo volvería ápatico y depresivo, pues ya no podría tocar donde tanto le gustaba sino en algunas pocas ocasiones en la que repartiría entre su trabajo y la universidad, que aún no había entrado, y que le causaba tremenda curiosidad.
Esa mañana en su trabajo, no logró encender su computadora. "Es por estas maquinas que no sirve" pensó, por lo que cambio de maquina, buscando una que le pudiera hacer cumplir con su trabajo. Encontró la apropiada y se propuso a trabajar, a penas notó que ya era medio día y tampoco vio cuando sus compañeros de trabajo partieron para almorzar, y vio en el reloj de la computadora que apenas era la una de la tarde. "Estos haraganes se fueron antes y ni me avisarón para ir a almorzar" por lo que empacó sus cosas y se dispuso a disfrutar un sandwich con jamón que su abuela le había prepararado, a pesar de que ella se levantaba lo más tarde que pudiera, esa mañana madrugo para poder hacérselo.
Lo mismo volvio a suceder en la tarde, volvio a ver el reloj de la computadora y el minutero marcaba las 5:30 y ya todos sus compañeros se habían ido otra vez, sin él. Ni siquiera aprecio las fogatas que ardían cuando salio de la oficina, envolviendo la ciudad de Guatemala en un manto negro. Ricardo se dirigió a un café internet, que quedaba muy cerca de su casa. "Buenas Tardes" le saludó la dueña del café. Ricardo la vio y le contestó "Tiene computadoras disponibles" a pesar de que ya había visto uno o dos espacios vacío, pues a pesar de la hora, y en el que la mayoría de personas se encontraba quemando a los diablitos, el café estaba casi lleno.
Ricardo había calculado su tiempo y la impresión no tardaría más de 10 minutos, por lo que llegaría a casa cerca de las 6 de la tarde, justo a tiempo para quemar con su abuela su antigua tradición de juntar chiribisco y los útiles escolares, para verlos arder.
"La máquina 3" le respondio la dueña con una leve sonrisa. Esa noche Ricardo solo llevaba un objetivo, ver su correo electrónico. Esa tarde Ricardo había recibido la noticia de que el Director del colegio, había enviado un email a todos sus exalumnos, por llevarse a cabo el aniversario de fundación del colegio, pero lo que más le había interesado era que a pesar de sus diferencias con la dirección, el aparecia en la portada de los panfletos para dicho aniversario. En su trabajo Ricardo, había contado cada minuto que el reloj de la computadora marcaba, para ir a revisar ese correo, pues desde que habían descubierto a un compañero de trabajo, jugando a ser granjero en internet, les habían cancelado todo acceso a la web, y tuvo que acudir una vez más a los cafés que no mucho le gustaban. Ricardo pensó en llevarle una sorpresa a su abuela, e imaginó al verle su cara cuando viera el panfleto con el gallardamente en primera plana, por lo camino hasta la entrada de ese café, donde la impresiones resultaban mejor para su bolsillo que tan duro lo iba a pasar esta primera navidad con el trabjando.
Con un click le dio imprimir, y por ordinarios y simples de todas las acciones que Ricardo había hecho ese día, en el mismo momento en que dio click, en el mismo momento que entro a ese café, en le mismo momen to que se enteró de ese email, y el momento en que cambio de computadora, cuando vio el reloj de esa maquina, la conspiración del destino maquino una vez más, pues lo que Ricardo no sabía era que ese reloj de esa computadora que ahora el ocupaba, se había atrasado 13 minutos exactos. Por eso almorzo 13 minutos más tarde y por eso salio del trabajo 13 minutos después, pero su objetivo era tan fuerte que nisiquiera noto las fogatas que ya habían empezado como tradicionalmente se hacía a las 6 de la tarde, cuando el aún pensaba que era aún las 5:47 de la tarde. Los eventos de esa tarde lo hicieron llegar 23 minutos más tarde a la parada, pues había perdido 10 minutos más en el café, cuando por error de sincronización los semáforos de la cuadra que estaba por cruzar, se habían quedado en amarillo, y los carros debían batirse unos a otros por pasar. Esa noche los 23 minutos, fueron ahogados por un grito, y luego silencio, y solo se vio una hoja volando, con una impresión de un joven con su uniforme de colegio entre las fogatas, y abriéndose camino a través del humo.
El 7 de diciembre Ricardo fue atropellado, por un piloto imprudente que huyó del lugar, dejandoló a su suerte, Ricardo falleció dos días después. Escribo esto para vos por que no se como expresar mi dolor, como te arrebataron tu sueño, aún no entiendo y se que no entenderé. No soy Mozart ni tan buen músico como tu lo fuiste, así que este es mi Requiem para vos....
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